La figura del testaferro: ¿Es legal?

testaferro

Muchas personas se preguntan si es legal la figura del testaferro. Aunque mayoritariamente ha sido vista socialmente como una figura engañosa y oscura, que persigue fines ilícitos, existen casos en los que su contratación es completamente legal.

¿Qué es un testaferro y cuáles son sus funciones?

Un testaferro es la persona que presta su nombre al servicio de otra, para aparecer como legitimo propietario de negocios, activos, transacciones o contratos que en realidad no le pertenecen, esto es, son de la otra persona. De esta manera, cede su identidad a través del préstamo de su nombre con objeto de encubrir a un tercero. También suele ser conocido como hombre de paja o administrador de paja.

Lo más habitual es que el testaferro sea un familiar, un amigo o un allegado de la persona contratante, pues la confianza juega un papel fundamental en este tipo de negocios. No obstante, también existen personas que operan como testaferros de forma profesional.

A cambio de un precio o promesa, y bajo ciertas condiciones legales, el testaferro acata las órdenes del contratante y asume las responsabilidades de la persona a la que reemplaza, ya que legalmente es su nombre el que consta en la escritura. Asimismo, deberá responder si el contrato o comercio es ilegal o persigue fines ilícitos.

¿Es legal el testaferro?

Los testaferros han sido vistos por la opinión pública de manera bastante negativa, ya que mayoritariamente se ha pensado que está relacionada con actos ilícitos y fraudulentos, como la evasión de impuestos o el blanqueo de capitales. Más aún en los últimos años tras la salida a la luz de multitud de escándalos de políticos e individuos reconocidos, envueltos en tramas de corrupción.

Sin embargo, en España la figura del testaferro no es ilegal, como tampoco lo es contratarlo. En nuestro ordenamiento jurídico no se determina la ilegalidad del testaferro, pues simplemente no están incluidos en la normativa. No obstante, lo que si podría llegar a considerarse delito es el fin ilícito de su contratación.

Como vemos, prestar la identidad no se trata de un acto ilícito, pero sí hacerlo cuando se persigue la comisión de un fraude o cualquier acto tipificado en el Código Penal. En este caso, serían responsables tanto el titular real de los activos como la persona contratada para firmar como si fueran suyos.

Responsabilidad del testaferro

Si el negocio tiene fines ilícitos, como hemos dicho, serían responsables de manera penal tanto el contratante como el testaferro, este último incluso cuando no fuera consciente de ello.

No obstante, la ley no trata de la misma manera a los testaferros que se dedican al oficio de manera profesional y a los que no son totalmente conscientes del negocio realizado por ignorancia. Por ejemplo, las personas mayores, los mendigos o los drogadictos que ceden su identidad a cambio de algo por extrema necesidad. En este caso la responsabilidad podría caer únicamente sobre el contratante.

Casos en los que se puede recurrir a un testaferro

Contratar a un testaferro no tiene que tener siempre un objetivo ilegal. En algunos casos, se convierte en la mejor alternativa para aquellos socios que por algún motivo no pueden constar como administrador de sociedad, por ejemplo.

Dado que la ley no define claramente qué es un testaferro, ni existe un artículo en el Código Penal que determine la ilegalidad de esta figura, si su contratación no presenta ánimo delictivo, no tendría por qué ser considerado un acto ilícito.

Un caso bastante frecuente es nombrar como administrador de sociedad a una persona que cumpla determinadas condiciones, como de género o edad, con objeto de conseguir alguna subvención. Por ejemplo, cuando se nombra como administrador de sociedad a un menor de edad que no forma parte de la empresa para acogerse a una ayuda pública. En este caso, la sociedad podría ser sancionada por recibir un dinero que en realidad no le pertenece.

Lo mismo ocurre en el caso contrario, cuando un menor de edad ejerce las funciones de administrador, pero en las escrituras aparece como tal el padre, la madre o el tutor del mismo.

Otro ejemplo sería aquel en el que una persona no puede poseer más propiedades o inmuebles en un país por las condiciones legales y decide contratar a un testaferro para que sea él quien lo compre y así eludir la ley.

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